Acróstico a la Mujer Ejemplar
Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará?
¡Es más valiosa que las piedras preciosas!
Su esposo confía plenamente en ella
y no necesita de ganancias mal habidas.
Ella le es fuente de bien, no de mal,
todos los días de su vida.
Anda en busca de lana y de lino,
y gustosa trabaja con sus manos.
Es como los barcos mercantes,
que traen de muy lejos su alimento.
Se levanta de madrugada,
da de comer a su familia
y asigna tareas a sus criadas.
Calcula el valor de un campo y lo compra;
con sus ganancias planta un viñedo.
Decidida se ciñe la cintura
y se apresta para el trabajo.
Se complace en la prosperidad de sus negocios,
y no se apaga su lámpara en la noche.
Con una mano sostiene el huso
y con la otra tuerce el hilo.
Tiende la mano al pobre,
y con ella sostiene al necesitado.
Si nieva, no tiene que preocuparse de su
familia,
pues todos están bien abrigados.
Las colchas las cose ella misma,
y se viste de púrpura y lino fino.
Su esposo es respetado en la comunidad;
ocupa un puesto entre las autoridades del
lugar.
Confecciona ropa de lino y la vende;
provee cinturones a los comerciantes.
Se reviste de fuerza y dignidad,
y afronta segura el porvenir.
Cuando habla, lo hace con sabiduría;
cuando instruye, lo hace con amor.
Está atenta a la marcha de su hogar,
y el pan que come no es fruto del ocio.
Sus hijos se levantan y la felicitan;
también su esposo la alaba:
«Muchas mujeres han realizado proezas,
pero tú las superas a todas.»
Engañoso es el encanto y pasajera la belleza;
la mujer que teme al Señor es digna de
alabanza.
¡Sean reconocidos sus logros,
y públicamente alabadas sus obras.
Proverbios 31:10-31
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