SI DUELE... SILBA...
Mira
hacia el año que pasó, observa todos los obstáculos que superaste.
Haz
un balance de todo lo que ganaste por lo que perdiste más lo que aprendiste.
Mira
para el frente, no te quedes parado, continúa.
Si
te caes, levántate, si lloras, seca tus lágrimas.
SI DUELE... SILBA...
Corre
adelante, sigue con firmeza, no desistas nunca.
Aprende
la lengua que habla tu corazón, y escucha lo que dice.
Mantén
puros tus pensamientos, sentimientos y emociones.
Pues mañana será el
resultado de lo que ellos son hoy.
No
dejes que los gritos mudos incomoden tu ”yo” interior.
Ni
cambies la esperanza de amar, felicidad o prosperidad,
por tristeza, desilusión,
soledad, desespero o pobreza.
Aprende
a amarte y respetarte, para saber y poder amar.
A
entender las mil palabras que sólo el silencio es capaz de decirte.
Mira
para tu lado, extiende tu mano y socorre a quien necesite de tí.
Mas también debes
tener la humildad para pedir ayuda cuando la necesites.
Observa
las pequeñas cosas del día a día,
que
aparentemente parecen insignificantes, aprende a valorarlas.
Pues
es la suma de ellas que nos hacen reír y soñar,
y muestran el camino
para que la felicidad nos encuentre.
No
dejes de hablar con el mar ni de suspirar con la luna.
Encuentra
tiempo para hacer un pedido a una estrella que brilla solo para tí.
Y
no te olvides de dar un mirar cariñoso, un apretón de manos.
Una gran sonrisa, un
abrazo apretado y un beso demorado.
Y
más que todo, aprende a agradecer,
hablando
con DIOS todo el tiempo y por nada.
Observa
la profundidad, la riqueza y el poder de la bondad divina.
Siente a ese DIOS que
mira para tí todos los días de tu vida.
Donde
hay voluntad, hay un camino.
Donde
hay buena voluntad, hay muchos caminos.
Aún
en tiempos con tanta prisa,
siempre
habrá tiempo para recordar a las personas
con
quienes compartimos los mismos caminos.
Y
SI DUELE... SILBA...
(Anónimo)
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