Recuerdas lo del Pato?

Había un pequeño niño visitando a sus abuelos en su granja. El tenía una resortera (catapulta, flecha) con la que jugaba todo el día, él practicaba con ella en el bosque pero nunca daba en el blanco. Estando un poco desilusionado, regresó a casa para la cena. Al acercarse a casa, divisó al pato mascota de la abuela. Sin poder contenerse el usó su resortera y le pegó al pato en la cabeza y lo mató. Estaba triste y espantado, y todavía en pánico, escondió el cadáver del pato en el bosque. Pero se dió cuenta que su hermana lo estaba observando. Ella lo había visto todo pero no dijo nada. Después de comer la abuela dijo, "Sally, acompáñame a lavar los  platos." Pero Sally dijo, "Abuela, Johnny me dijo que hoy quería ayudarte en la cocina, ¿no cierto Johnny? Y ella le susurró al oído a él, "¿Recuerdas lo del pato?" Entonces, sin decir nada, Johnny lavó los platos. En otra ocasión el abuelo preguntó a los niños si querían ir de pesca, y la abuela dijo, "Lo siento pero Sally debe ayudarme a preparar la comida." Pero Sally con una sonrisa dijo, "Yo sí puedo ir, porque Johnny me dijo que a él le gustaría ayudar." Nuevamente le susurró al oído "¿Recuerdas lo del pato?". Entonces Sally fue a pescar y Johnny se quedó. Transcurridos muchos días en que estaba haciendo sus propias tareas y las de Sally, finalmente él no pudo más. Fue donde la abuela y confesó que él había matado al pato. Ella se arrodilló, le dio un gran abrazo y le dijo, "Amorcito, yo ya lo sabía. Estuve parada en la ventana y lo vi todo, pero porque te amo te perdoné. Lo que si me preguntaba era hasta cuando tú permitirías que Sally te tuviera como esclavo." ¿Saben? Muchas veces sabemos que cometimos un error, sin embargo tratamos de ocultarlo a Dios quien todo lo ve, como si pudiéramos ocultarle algo. Esos errores con el paso del tiempo son lo que hacen a muchos decir: -"yo no creo en Dios", "yo no necesito de Dios", "yo estoy bien así como estoy". Pues no quieren nada con el Señor pues temen que les sacará en cara todos sus errores, y mientras tanto, cometemos el más grande de los errores alejándonos del camino, y el enemigo siempre trata de traer a tu mente recuerdos de los errores que cometiste, para que te de miedo y no busques la misericordia del Padre. Pues bien, Dios conoce tus defectos, y aún así está dispuesto a olvidarlos, no dejes que el pasado te aleje de tu creador y cada vez que alguien te quiera "¿recordar lo del pato?", recuérdale el amor de Dios reflejado en una cruz.

Arturo Quirós Lépiz

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